EDITORIAL
El golpe, las FFAA y los indios
La crisis política del gobierno del MAS ha demostrado con claridad
que los ciclos históricos están cambiando rotundamente y que están dejando de
lado varios temas importantes, estructurales como el coyunturales.
El supuesto golpe de Estado suscitado en días pasados ha
demostrado la fragilidad del gobierno y la inmensa desinstitucionalización del
Estado boliviano.
Cabría pensar las suposiciones e interrogaciones que
llevaron a este evento tan pintoresco, pero a la vez alarmante y consuetudinario
en Bolivia.
Muchos con la boca llena de fama y también de inexperiencia,
comentan: los golpes eran los de antes, los de ahora, no. Sin embargo, está absurda
manifestación y desconocimiento de la historia, expresa con claridad que el país,
propiamente Bolivia, está acostumbrada a eventos históricos de violencia que
deben dejar muertos y pena en su población. Sin duda, el evento reciente del
2024, podrá quedar como un aspecto de puesta de teatro o último recurso
político para el gobierno vigente. Pero jamás debería pasar inadvertido un
evento similar, por más pintoresco que sea, por las graves implicaciones que ha
tenido en la historia de Bolivia y en la actualidad. No se trata pues de jugar
con papeles o muñecos, en caso de un golpe militar o un gobierno de Facto, las
muertes se cuentan por decenas y la sangre corre por los ríos. Entonces, los
supuestos bocaflojas, callan y no dicen: esta boca es mía. Mas considerando que
esos eventos y gobiernos irregulares, en el mediocre Estado boliviano, eran
tradición. Ya lo decía bien Arguedas, el gobierno de los caudillos bárbaros.
Pero a más de la disputa de poderes en las altas cúpulas, como
ha participado el indio en eventos similares. Pues bien, como carne de cañón o
perros de mansalva. El indio participa del golpe de Estado, siguiendo las
órdenes del patrón blanco o mestizo que es oficial, o marchando con el pecho
henchido en las marchas y protestas, de las que generalmente no tiene mucha
idea.
Y es que hasta ahora,
no existe un general Mamani o Quispe, desde el momento que se ha registrado el
pedido en 1970. O con las breves excursiones de Laureano Machaca.
Sí, el uso de las armas, el poder propiamente, nunca ha
estado en manos del indio, y es algo que también debe pensar. El 90 por ciento
de las FFAA de Bolivia está repleta de indios, pero no hay general Mamani, los
blancos no hacen servicio militar y solo ingresan para mandar.
Habrán pensando, en una forma de cambiar las cosas los
subalternos indios, ante los oficiales blancos, se pregunta. Aunque el nivel conciencia y desarrollo
desecha la idea, el 2014, los militares de rango bajo, todos indios, pidieron
la descolonización de las FFAA. Pero el gobierno inepto en vez de aprovechar
este suceso sin precedentes, descarto la idea.
Volverá a suceder lo mismo, un golpe o una descolonización
de las FFAA, es poco predecible. Sin embargo, permite plantear que los indios
de carne y hueso, de a pie, deben entrometerse y reclamar ese espacio.
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